El monitoreo estructural se consolida como herramienta clave para prolongar la vida útil de infraestructuras mineras

La tecnología permite anticipar fallas, optimizar el mantenimiento y resguardar la continuidad operativa en instalaciones críticas del sector.

El monitoreo de salud estructural se posiciona como un recurso estratégico para la minería moderna, al ofrecer información precisa y en tiempo real sobre el comportamiento de infraestructuras sometidas a exigencia elevada. Este sistema, basado en la recopilación de datos empíricos y análisis predictivos, facilita la detección temprana de anomalías y reduce los riesgos asociados a fallas estructurales en activos esenciales para la producción.

Según especialistas del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (Idiem), la utilización de sensores que miden vibraciones, deformaciones, desplazamientos y tensiones permite conocer con exactitud el estado operativo de estructuras que sostienen equipos como chancadores, correas transportadoras o puentes industriales. La información recolectada es procesada automáticamente mediante algoritmos especializados y, con un historial suficientemente robusto, se incorporan modelos de inteligencia artificial capaces de prever comportamientos futuros.

Este método de monitoreo ofrece un valor determinante para la operación: permite anticiparse a daños, planificar intervenciones preventivas y evitar paradas no programadas que podrían ocasionar pérdidas económicas significativas. El enfoque predictivo posibilita programar mantenimientos más eficientes, menos invasivos y a menor costo que una reparación correctiva tras una falla.

La adopción de esta tecnología resulta especialmente aconsejable en infraestructuras críticas de la cadena productiva minera, donde cualquier interrupción puede derivar en la paralización total de las operaciones. Los especialistas recomiendan iniciar el proceso con una evaluación de costo-beneficio y un diagnóstico estructural que determine el estado actual del activo. En estructuras nuevas, el sistema puede incorporarse desde la etapa de diseño; en instalaciones existentes, se pueden establecer medidas de normalización previas a su implementación.

La eficiencia del monitoreo depende en gran medida de la respuesta oportuna ante las alertas que genera el sistema. Una ejecución adecuada de los planes de mantenimiento contribuye a preservar la integridad de las estructuras y asegura la continuidad operativa durante toda su vida útil.