Investigan posible mala praxis tras la muerte de una joven embarazada en el Hospital Rawson

Mélani Carranza tenía 24 años y atravesaba las primeras semanas de su embarazo. Su fallecimiento, ocurrido este domingo, generó conmoción y levantó serias sospechas sobre el accionar médico en el Hospital Dr. Guillermo Rawson, donde había sido atendida en al menos cuatro oportunidades por complicaciones en su salud.

Según denunció su familia, cada vez que acudía al centro de salud, era enviada de regreso a su casa con el argumento de que sus síntomas eran normales para su estado. El cuadro, sin embargo, se agravó con el correr de las horas.

Todo comenzó el sábado por la mañana, cuando Carranza concurrió al hospital con malestares generales. Allí le informaron que el feto no presentaba signos vitales y le prescribieron medicación para inducir un aborto espontáneo: debía ingerir cuatro pastillas cada tres horas.

Tras tomar la segunda dosis, su estado se deterioró drásticamente. Su pareja, Alberto, volvió a trasladarla al hospital, donde —según su relato— nuevamente fue despachada a su domicilio con la misma indicación: que lo que atravesaba era parte del proceso.

Durante la madrugada del domingo, en medio de un cuadro crítico, volvió a presentarse en la guardia, pero le habrían sugerido no regresar más. Finalmente, alrededor de las 4 de la mañana, ya casi inconsciente, fue llevada nuevamente por sus familiares. Esta vez fue ingresada a terapia intensiva, pero falleció cerca de las 17 horas.

La fiscalía ya tomó intervención en el caso e investiga si hubo negligencia en la atención médica que recibió la joven. El hecho ha despertado preocupación y exige respuestas urgentes de parte del sistema de salud.