Rodeo entre el crecimiento poblacional, la inseguridad y la impunidad
- Diario Libre

- 11 feb
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El aumento de robos y hechos delictivos ha encendido las alarmas en Rodeo, un pueblo históricamente seguro que hoy enfrenta una creciente sensación de temor. Vecinos denuncian la falta de respuestas por parte de las autoridades y cuestionan el papel de la justicia en la resolución de estos casos. Además, critican la actitud de la policía, que parece más enfocada en hostigar a quienes no infringen la ley que en perseguir a los verdaderos delincuentes.

Rodeo siempre fue sinónimo de tranquilidad. Un pueblo donde las puertas quedaban abiertas sin temor, donde la seguridad no era un tema de conversación y donde todos se conocían. Sin embargo, en los últimos meses, esa calma ha sido sacudida por una serie de robos y delitos que han generado un profundo malestar entre los vecinos. Con la llegada de nuevos habitantes, muchos de ellos atraídos por la expansión del sector minero, el pueblo ha comenzado a experimentar cambios que, lejos de ser únicamente positivos, han traído consigo un deterioro en la seguridad y la confianza entre los residentes.

Las denuncias por robos en viviendas, intentos de asaltos y sustracción de materiales de valor han ido en aumento, y con ellas, la indignación de la comunidad. "La policía tanto que da vueltas por el pueblo, pero a la hora de los hechos nunca está", afirman vecinos con enojo. La presencia policial es notoria en las calles, pero cuando ocurre un delito, la respuesta es tardía o directamente inexistente. La falta de resultados concretos por parte de las fuerzas de seguridad no solo deja a la población desprotegida, sino que también alimenta la percepción de impunidad.

Pero el problema no se limita únicamente a la inacción policial. Muchos vecinos aseguran que los delincuentes son conocidos en el pueblo y que incluso las autoridades tienen identificados a los responsables. "Los policías saben quiénes son, pero no hacen nada", denuncian. Entonces, la pregunta que resuena es inevitable, ¿por qué la justicia no actúa? La falta de detenciones, de investigaciones profundas y de sanciones efectivas genera un clima de impotencia y frustración. La sensación de que las leyes no se aplican y que la protección es insuficiente solo refuerza el miedo de los ciudadanos, quienes hoy piensan dos veces antes de dejar sus casas solas, incluso por unas pocas horas.

A esta preocupación se suma un problema aún más indignante, la actitud contradictoria de la policía. Mientras los verdaderos delincuentes parecen moverse con total impunidad, algunos efectivos optan por molestar a vecinos que no han cometido ninguna falta. "A veces te paran solo porque estás tranquilo tomando una gaseosa con amigos, pero a los que todos sabemos que delinquen en el pueblo, a esos no les dicen nada", expresan con indignación. Este doble estándar en el accionar policial no solo deja en evidencia una falta de criterio, sino que también erosiona la confianza en las fuerzas de seguridad. ¿Cómo pueden los vecinos sentirse protegidos si los uniformados parecen más preocupados en controlar a quienes no representan una amenaza que en detener a quienes sí lo son?

El crecimiento de Rodeo y, en general, del departamento de Iglesia, es innegable. La llegada de trabajadores mineros y nuevas familias es parte del proceso de expansión de cualquier comunidad en desarrollo. Sin embargo, el problema radica en la falta de planificación para garantizar que este crecimiento no traiga consigo un deterioro en la calidad de vida de los habitantes. No se trata de demonizar a los recién llegados, sino de reconocer que algunas personas, acostumbradas a entornos hostiles, arriban a estos pueblos con una mentalidad ajena al respeto por la comunidad y las normas de convivencia. Rodeo ha sido históricamente un lugar pacífico, con una cultura basada en la confianza y el respeto mutuo. La llegada de individuos que no comparten esos valores representa una amenaza real para la identidad del pueblo.
Es urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto. No basta con patrullajes ocasionales ni con discursos vacíos sobre seguridad. Se necesitan acciones concretas, más presencia policial efectiva, investigaciones exhaustivas y una justicia que actúe con celeridad y firmeza. Además, es fundamental que la policía deje de perder el tiempo con quienes no han cometido ningún delito y se enfoque en quienes realmente representan un peligro para la comunidad. Los vecinos de Rodeo no pueden seguir viviendo con miedo, preguntándose cada día si su hogar será el próximo en ser blanco de un robo. La tranquilidad que alguna vez caracterizó a este pueblo no puede quedar en el recuerdo, debe ser recuperada con decisión y compromiso por parte de quienes tienen la responsabilidad de proteger a la comunidad.
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