RUTA 150, EL ABANDONO DE IGLESIA Y LA DEUDA HISTÓRICA DE LOS GOBIERNOS
- Diario Libre

- 14 feb
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Rutas destruidas, gestiones ausentes y un pueblo olvidado en el desamparo vial

El estado de las rutas en Iglesia es el reflejo de un problema estructural que lleva décadas sin solución. La Ruta Nacional 150, en el tramo que une Jáchal con Las Flores, se encuentra en condiciones deplorables, con baches interminables, asfalto destruido y una evidente falta de mantenimiento. Desde 1998, previo a la construcción de la mina Veladero, no ha recibido repavimentación ni arreglos de fondo. Aquel año marcó el último intento de mantenimiento antes de que esta vía se convirtiera en un corredor clave para el transporte minero. Sin embargo, con el paso del tiempo, el abandono se hizo evidente. La realidad es que ningún gobierno municipal ha gestionado con éxito ante Vialidad Nacional la reparación de esta ruta vital, a pesar del impacto negativo que genera en la conectividad, la seguridad vial y el desarrollo turístico y económico del departamento.

La historia reciente de la gestión municipal en Iglesia demuestra la falta de interés por resolver esta problemática. Desde la intendencia de Mauro Marinero en la década del ‘90 hasta la actualidad, han pasado distintas administraciones sin que se concrete una solución definitiva. Fredy Allegue, quien no completó su mandato, interventores como Leonardi y la continuidad de los Marinero, Mauro (2007-2015) y Marcelo (2015-2019), no lograron avances significativos en la materia. Durante estas gestiones, el deterioro de la Ruta 150 se profundizó, al igual que el de la Ruta Provincial 149, que conecta El Colorado con Villa Iglesia, y la ruta que une Tudcum con Pismanta, ambas en un estado calamitoso.

A nivel provincial, la situación no ha sido distinta. Durante dos décadas, el Partido Justicialista gobernó San Juan con José Luis Gioja (12 años) y Sergio Uñac (8 años), pero el desarrollo de infraestructura vial en Iglesia fue prácticamente inexistente. Lo paradójico es que este es el departamento que más recursos genera para la provincia, al albergar la mina Veladero, la más grande de Sudamérica. Sin embargo, la falta de inversión en sus rutas parece demostrar que para estos gobiernos, Iglesia no fue prioridad. Mientras la capital provincial y los departamentos del Gran San Juan recibieron obras de gran envergadura, en Iglesia las rutas siguieron deteriorándose año tras año. ¿Fue una cuestión de desinterés político, de una estrategia de poder o simplemente una demostración de que en un departamento con apenas 6.000 votantes, las decisiones se toman con base en la conveniencia electoral?

La situación vial es alarmante y pone en riesgo no solo a los habitantes, sino también a los turistas que visitan el departamento. Un destino con potencial turístico no puede tener caminos que parecen abandonados. La Ruta 150, la 149 y la ruta 418 que conecta Tudcum con Pismanta no solo dificultan la conectividad, sino que afectan la economía local. Los turistas se quejan del mal estado del asfalto, los vehículos sufren daños constantes y la sensación de inseguridad es cada vez mayor. Incluso por la ruta 418 en varios tramos, los conductores prefieren transitar por la banquina antes que por la calzada, lo que demuestra la gravedad del problema.

En este contexto, el intendente Jorge Espejo asumió compromisos durante su campaña, asegurando la construcción de derivadores viales en la intersección de la Ruta 150 con la rotonda que conduce al Paso Internacional a Chile. Esta obra, que dependía de fondos provinciales y nacionales, quedó paralizada entre 2020 y 2021 debido a la pandemia. Con la llegada de Javier Milei a la presidencia y la paralización de la obra pública, el futuro del proyecto es incierto. Sin embargo, a Espejo aún le quedan poco menos de tres años de gestión. Con una economía en recuperación, existe la posibilidad de que el municipio impulse nuevamente las gestiones necesarias para revertir el deterioro vial. Pero si no se toman acciones concretas, Iglesia seguirá sumida en el olvido.

Por otro lado, el gobierno provincial de Marcelo Orrego anunció un ambicioso plan de pavimentación urbana con una inversión de 12.5 millones de dólares. Este plan contempla la repavimentación de más de 636.500 m² en los 19 departamentos sanjuaninos. En Iglesia, la empresa MAPAL es la encargada de la ejecución, ¿cuales seran esas calles? Sin embargo, el interrogante es inevitable, ¿qué pasará con las rutas provinciales y la gestión ante Nación por la Ruta 150? ¿Quedará nuevamente en el olvido, como ha sucedido en los últimos 25 años?

Iglesia, un departamento que ha aportado riqueza a la provincia a través de la minería, se encuentra con rutas en estado deplorable, sin infraestructura adecuada y con un nivel de abandono preocupante. Mientras los recursos generados por Veladero fluyeron hacia otras zonas, la conectividad de Iglesia quedó relegada. El deterioro es evidente, el reclamo de los vecinos crece y la paciencia se agota. Con la economía en alza y un nuevo gobierno provincial en funciones, este podría ser el momento de saldar una deuda histórica con el departamento más productivo de San Juan. ¿Finalmente se hará justicia con Iglesia o el olvido continuará siendo la regla?
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