Tras un emotivo Domingo de Ramos, el pueblo iglesiano se prepara con esperanza para vivir los dias mas sagrados de la Semana Santa

Las comunidades del departamento ya comenzaron a vivir el espíritu pascual con profunda devoción. Con corazones abiertos y gran expectativa, se alistan para revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús en cada rincón de Iglesia.

El aire en Iglesia ya huele a Pascua. El domingo pasado, las calles y capillas de las distintas comunidades se llenaron de ramos verdes, cantos y plegarias en una de las celebraciones más sentidas del calendario cristiano: el Domingo de Ramos. Fue el punto de partida de una Semana Santa que se palpa en el alma del pueblo, que se prepara con fe viva y emoción para transitar los días más significativos del año litúrgico.

En Colola, Tudcum, Las Flores, Rodeo y otras localidades, los fieles participaron con profundo recogimiento, recordando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. La imagen de familias enteras rezando unidas, de niños llevando sus ramos y de ancianos con lágrimas en los ojos, fue testimonio de una fe que sigue viva, transmitida de generación en generación.

Ahora, con el corazón dispuesto y la mirada puesta en lo alto, el calendario parroquial continúa su marcha. Cada día de esta semana traerá momentos de reflexión y encuentro con Dios. El lunes y martes se celebrarán misas, liturgias de la palabra y confesiones comunitarias. El miércoles, en la Catedral, se llevará a cabo la Misa Crismal.

El Jueves Santo, la comunidad se reunirá para recordar la Última Cena con el lavatorio de pies y la adoración al Santísimo en diversas localidades. El Viernes Santo, el silencio y la cruz marcarán la jornada, con la celebración de la Pasión y el tradicional Vía Crucis en todos los pueblos, incluyendo uno especial para niños en Villa Iglesia.

El Sábado Santo llegará con el rezo del Rosario en honor a la Virgen Dolorosa, y por la noche, la luz de la Resurrección brillará en la emotiva Vigilia Pascual. Finalmente, el Domingo de Pascua traerá el gozo del triunfo de la vida sobre la muerte, con misas y una mateada comunitaria para celebrar el amor que renace.

Con cada oración, cada gesto y cada paso compartido, el pueblo iglesiano reafirma su fe y se abraza al mensaje de esperanza que trae la Pascua. En cada rincón del departamento, la Semana Santa no es sólo un rito: es una vivencia profunda, un encuentro con el misterio y la certeza de que la vida, al final, siempre vence.