El consumo de carne cayó hasta un 35% en San Juan

Referentes del sector aseguran que la caída se debe a la pérdida del poder adquisitivo. Algunas carnicerías ya cerraron y otras buscan sobrevivir diversificando su oferta.

20 de junio de 2025

La industria cárnica en San Juan atraviesa una de sus crisis más severas en los últimos años. Según Sebastián Parra, referente del sector frigorífico en la provincia, el consumo de carne cayó entre un 30% y un 35% en lo que va del año, con semanas donde la retracción llegó incluso al 60%.

“Estamos abasteciendo menos, se vende menos y la gente compra por monto y no por kilo”, afirmó Parra en declaraciones a Radio Sarmiento. Esta tendencia afecta a todos los tipos de carne: vacuna, porcina y aviar, en un contexto donde la prioridad de los consumidores está puesta en el pago de servicios básicos.

Tras pagar alquiler, luz, gas y agua, “a muchas personas les queda muy poco dinero para el resto. La carne queda fuera de la mesa familiar”, explicó el empresario. En paralelo, la contracción del consumo golpea a toda la cadena: los productores eligen otras actividades, los frigoríficos reducen operaciones y las carnicerías bajan sus márgenes para sostener ventas.

Hoy, un kilo de carne blanda especial ronda entre los $10.000 y $13.000, lo que según Parra “alcanza apenas para una sola comida en una familia tipo”. En los barrios populares, el ticket promedio no supera los $4.000, lo que equivale a 400 gramos de carne.

La situación obligó a muchos comercios a cambiar su estrategia. Se observa una vuelta a cortes más económicos como el asado de aguja y las combinaciones con hueso para abaratar el precio final. Además, muchas carnicerías incorporaron productos de almacén en un intento por sostener la actividad.

Consultado sobre posibles aumentos de precios, Parra descartó versiones oficiales. “No hay ninguna información sobre aumentos. Todo depende de la oferta y la demanda. Si el consumo sube y la oferta no alcanza, podrían subir los precios. Pero hoy el consumo sigue cayendo”, afirmó.

En cuanto a la carne importada de Brasil, explicó que su presencia no se siente en San Juan. “Acá los precios son competitivos. Esa carne va a lugares donde los precios son más altos, como el sur del país”, detalló.

Sobre el impacto en los comercios, Parra fue categórico: “Sí, hay carnicerías que han cerrado porque no pudieron sostenerse. Pero también hay otras que se reinventan. Es un esfuerzo enorme en toda la cadena”.

“La carne no se pierde. El problema es que, si no hay venta, nadie quiere producir”, concluyó.