Estados Unidos utilizó la bomba antibúnker GBU-57/B para destruir instalaciones nucleares en Irán
- Diario Libre
- 22 jun
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El ataque fue confirmado por el presidente Donald Trump e incluyó objetivos altamente protegidos como Fordow, Natanz e Isfahan. La ofensiva marcó un punto de inflexión en el conflicto geopolítico.
22 de junio de 2025

Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo contra tres instalaciones nucleares clave en Irán —Fordow, Natanz e Isfahan— utilizando la poderosa bomba antibúnker GBU-57/B Massive Ordnance Penetrator (MOP), un armamento desarrollado específicamente para destruir objetivos protegidos bajo tierra. La operación fue confirmada por el presidente Donald Trump, quien aseguró que las instalaciones “han sido completamente destruidas”.
La GBU-57/B es una bomba de más de 13.600 kilogramos, capaz de penetrar múltiples capas de roca, concreto y tierra. Su uso responde a la necesidad de alcanzar instalaciones como la planta de Fordow, ubicada a cientos de metros bajo una montaña en las cercanías de Qom, considerada hasta ahora prácticamente invulnerable a bombardeos convencionales.
El ataque estadounidense se produjo en el contexto de una creciente preocupación internacional por el avance del programa nuclear iraní. Informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) habían advertido sobre la presencia de uranio enriquecido a más del 80% en Fordow, lo que incrementó las tensiones globales.
Trump informó que los bombardeos fueron exitosos y que todas las aeronaves regresaron sin daños a territorio estadounidense. El operativo se habría ejecutado con bombarderos furtivos B-2 Spirit, los únicos capaces de transportar la GBU-57/B, lo que refuerza el carácter estratégico y preciso del ataque.
Además de Fordow, fueron alcanzadas las instalaciones de Natanz, una de las principales plantas de enriquecimiento de uranio, y Isfahan, centro clave para la conversión del mineral. Si bien en ocasiones anteriores estos sitios ya habían sido blanco de ataques, nunca se había logrado una destrucción de tal magnitud.
La MOP fue diseñada como una alternativa no nuclear para misiones de gran profundidad, y su uso representa una advertencia concreta frente al fortalecimiento de búnkeres militares en zonas de conflicto. Sin embargo, su empleo no está exento de riesgos: requiere acceso aéreo seguro, planificación compleja y enfrenta limitaciones frente a sistemas de defensa avanzados.
El impacto del ataque aún está en evaluación, pero se espera que haya producido retrasos significativos en el programa atómico iraní. Según analistas internacionales, podría representar un retroceso de varios años en las capacidades nucleares del país persa.
El conflicto continúa en escalada. Irán advirtió que habrá “consecuencias duraderas”, mientras que Estados Unidos ha comenzado la evacuación de ciudadanos en Israel, anticipando una posible respuesta. La situación mantiene en alerta a la comunidad internacional y vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre proliferación nuclear y seguridad global.
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