Inflación contenida, señales de reactivación y foco en acuerdos nacionales: así proyectan especialistas el escenario económico para 2026

Cinco economistas sanjuaninos analizaron el panorama económico previsto para 2026, con expectativas moderadas sobre la inflación, dudas respecto a la actividad y atención especial en el tipo de cambio, las reservas y los acuerdos que pueda concretar Nación.

A pocas semanas del inicio de 2026, las proyecciones económicas comienzan a tomar forma entre organismos internacionales, analistas nacionales y especialistas sanjuaninos. El Gobierno nacional espera una reactivación gradual tras meses de estancamiento en sectores clave, aunque la dinámica final dependerá de variables sensibles como la inflación, el acceso al crédito, la evolución de las reservas, el comportamiento del dólar y los acuerdos que se alcancen con organismos externos.

Uno de los puntos centrales para la economista Marianela Gayá será la recuperación del crédito productivo. Señala que las tasas actuales siguen siendo un obstáculo para la industria, que enfrenta un escenario de consumo debilitado y dificultades para competir en mercados nacionales e internacionales. En su análisis, la capacidad de financiar capital de trabajo y proyectos de inversión será determinante para que la actividad empiece a repuntar.

Respecto a la inflación, Gayá sostiene que podría mantenerse en niveles controlados siempre que se preserve el equilibrio fiscal y no se produzcan sobresaltos cambiarios. “Ese orden es clave para sostener la desaceleración que se viene observando, aunque sin perder de vista el tipo de cambio y la competitividad”, indicó.

En esa línea, el economista Mariano Cáceres proyecta un ritmo inflacionario cercano a los dos puntos mensuales, condicionado a que no haya cambios bruscos en el régimen cambiario ni presiones del mercado que puedan acelerar el Índice de Precios al Consumidor.

Una visión menos optimista aporta Luis Aveta, quien considera que el crecimiento dependerá de la mejora en la matriz productiva y del ingreso de divisas. Para él, la reactivación estará supeditada al avance de acuerdos estratégicos, como la Ley de Glaciares, la relación con organismos internacionales y la negociación con el Tesoro de Estados Unidos. “Si esos elementos no se alinean, el crecimiento será limitado y concentrado en sectores primarios o vinculados a la importación”, advirtió.

Por su parte, Lucila Avelín centra su análisis en la dinámica de las reservas y en el impacto que tendrá la aprobación de leyes clave como el Presupuesto Nacional 2026 y la Reforma Tributaria. Según estimó, el crecimiento podría ubicarse entre el 3% y el 4%, impulsado por sectores específicos, aunque el desafío será reactivar el consumo y fortalecer la microeconomía.

En contraste, Gustavo Ruiz Botella exhibe mayor optimismo y proyecta una reactivación del orden del 5% al 6% anual. Para que ese escenario se concrete, enfatizó la necesidad de que se consolide la confianza en el Gobierno nacional, lo que habilitaría un flujo mayor de inversiones, desarrollo industrial y generación de empleo. “Las señales apuntan a un mayor dinamismo económico, expansión de inversiones y recuperación del salario real”, sostuvo.

Proyección internacional: el panorama de la OCDE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) actualizó sus expectativas para Argentina y recortó sus estimaciones de crecimiento para 2026. Según el organismo, el PBI se expandiría un 3%, por debajo del 4,3% que había previsto meses atrás, mientras que la inflación anual rondaría el 17,6%, reflejando presiones persistentes en los precios.

En su informe, la OCDE advirtió que la política monetaria deberá mantener el foco en la reducción sostenida de la inflación. También subrayó que un crecimiento más amplio dependerá de reformas regulatorias, mejoras en la competencia interna, promoción del comercio internacional y ampliación de la oferta de educación técnica y profesional.

Si bien el pronóstico para 2026 es moderado, el organismo prevé un fortalecimiento del consumo privado y la inversión hacia 2027, condicionado a una mejora del contexto financiero.