"La Catalina". El Emprendimiento de un Iglesiano que Desafía la Crisis de Vivienda con Plástico Reciclado.
- Diario Libre

- 9 dic
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El joven iglesiano Denis Deguer, de 32 años, está decidido a convertir la crisis habitacional de Iglesia en una oportunidad de desarrollo sostenible y empleo. Su proyecto, "La Catalina. Materiales de construcción hechos con plástico reciclado," propone un cambio radical, transformar los residuos plásticos de la minería en madera y ladrillos de alta calidad, pero el avance masivo depende de un crédito inicial crucial para la producción a gran escala y la capacitación de especialistas locales.

El departamento de Iglesia enfrenta un doble desafío, la escasez de materiales de construcción accesibles y la falta de oportunidades de empleo técnico especializado. Denis Deguer, un emprendedor local, ha desarrollado una solución disruptiva a través de la economía circular, su proyecto "La Catalina" se basa en la fabricación de madera plástica de primer nivel a partir del reciclaje de residuos.
Este material no solo es una alternativa viable a la madera natural, con aplicaciones que van desde camas y muebles hasta techados, pisos y estructuras en playas de diques, sino que es inherentemente impermeable, duradero y altamente resistente, condiciones perfectas para el clima de Iglesia.
El material que propone "La Catalina" es un compuesto de alto rendimiento que capitaliza todas las ventajas del plástico reciclado. Deguer subraya que este producto poseerá la durabilidad, la resistencia a la humedad y la ausencia de mantenimiento que el plástico ofrece, superando en muchos aspectos a la madera tradicional. La visión es tan ambiciosa que incluye el desarrollo futuro de un ladrillo tipo LEGO encastrable y homologado, fabricado con plástico seleccionado que no requeriría pegamento y permitiría el paso de las cañerías por sus huecos internos. Este innovador sistema de construcción no es solo una idea; representa el máximo ideal de desarrollo sustentable real, buscando transformar un residuo en un elemento estructural esencial para la comunidad.
La motivación de Deguer surge de una observación crítica sobre cómo los residuos locales traídos de la minería, son tratados. El emprendedor señala que grandes empresas de fuera de la provincia ya tienen convenios para recibir el plástico de las minas, un material que ya viene clasificado y listo para procesar, a un precio simbólico (muy accesible). Posteriormente, estas compañías lo transforman en productos simples, como mesas y bancos, que luego venden a precios elevadísimos. Un ejemplo que cita es una mesa de dos metros, con un peso no mayor a 20 kilos, que se comercializa a $400.000 pesos bajo el sello de "ecológico", cuando su costo de materia prima es mínimo.
"Yo quiero lograr hacerlo para trabajar de eso y no sacarle plata a la gente de manera abrupta como se viene haciendo, aprovechando que es un material de construcción muy bueno, ya que acá no hacemos ladrillos, no tenemos madera en grandes cantidades y tenemos varios problemas habitacionales en Iglesia,"
Al captar ese residuo bajada de la mina, el proyecto asegura una producción abundante y dinámica, rompiendo con la especulación y garantizando que un material vital y económico permanezca en el departamento.

"La Catalina" ofrece una herramienta poderosa para que las empresas mineras de la zona demuestren un compromiso genuino con la responsabilidad social y ambiental. Al canalizar sus residuos plásticos al emprendimiento local, las mineras pueden reducir su huella ecológica de forma tangible. Deguer propone una alianza estratégica donde los productos de madera plástica, incluso diseñados para uso minero, podrían retornar a las empresas con un valor agregado. De esta manera, las compañías pueden promover un mensaje real de economía circular,
"Este residuo lo Manu facturaría la gente de la comunidad y retornaría con un valor agregado de un producto totalmente nuevo, eso es económia circular, más allá de que generaría varios puestos de trabajo local" detalla el joven.
Actualmente, la investigación de Deguer (confirmada con datos de EFISOL) indica que en Iglesia, la gestión del plástico se limita al basurero municipal, que lo empaqueta y lo vende a otros lugares, perdiéndose así el valor agregado que podría generar empleo local.
La ambiciosa escala del proyecto requiere una base productiva sólida. Para pasar de la fase de planificación a una producción masiva que impacte realmente en la solución habitacional, Denis Deguer y "La Catalina" están buscando activamente financiamiento inicial, concretamente un crédito que les permita invertir en maquinaria de alta capacidad. Este financiamiento es el catalizador que permitirá la creación de empleo sostenible y la profesionalización de la mano de obra.
El plan de Deguer incluye utilizar estos fondos para generar mano de obra local y, fundamentalmente, especializar a los jóvenes de Iglesia en el tema de la construcción con materiales plásticos reciclados. La meta es brindar la materia prima base para que, de manera descentralizada, en cada distrito, quien lo desee pueda montar su propio taller o emprendimiento asociado a la construcción y fabricación de muebles con madera plástica. El crédito, por lo tanto, no solo es un insumo económico; es la llave para el desarrollo local autosuficiente y la formación de una nueva generación de constructores ecológicos.
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