Proyectan que la inteligencia artificial potenciará la demanda de uranio en 2026

El crecimiento acelerado de la IA y de los centros de datos a gran escala está redefiniendo el consumo eléctrico global y fortalece el rol de la energía nuclear como fuente estratégica.

La expansión sostenida de la inteligencia artificial se perfila como uno de los principales motores de la demanda global de electricidad y comienza a impactar de manera directa en las proyecciones del mercado del uranio de cara a 2026. El aumento de los sistemas de computación de alto rendimiento y de los centros de datos a hiperescala está impulsando una reevaluación del papel de la energía nuclear dentro de la matriz energética mundial.

De acuerdo con una encuesta global realizada a más de 600 inversores, encargada por la plataforma especializada Uranium.io, el consumo energético asociado a la inteligencia artificial es percibido cada vez más como estructural y no coyuntural. Según el relevamiento, más del 63% de los encuestados considera que la demanda eléctrica vinculada a la IA será un factor determinante en la planificación nuclear durante la próxima década.

Los inversores advierten que los modelos tradicionales de proyección subestiman las necesidades energéticas de la computación a gran escala, lo que ha revalorizado a la energía nuclear como una fuente de carga base confiable, estable y libre de emisiones de carbono, capaz de sostener el crecimiento de la infraestructura digital.

Este incremento de la demanda se da en un contexto de oferta restringida. La mayoría de los participantes del estudio estima que la producción minera de uranio cubrirá menos del 75% de los requerimientos futuros de los reactores, debido a años de baja inversión, extensos procesos de permisos y una reducción progresiva de los suministros secundarios.

En este escenario, más del 85% de los inversores proyecta precios más elevados hacia 2026, con valores que oscilarían entre los 100 y 120 dólares por libra, mientras que los escenarios más optimistas ubican el precio en torno a los 135 dólares.

Desde Sprott Asset Management coincidieron con esta lectura y describieron al mercado del uranio como uno de “dos velocidades”: una volatilidad de corto plazo que oculta fundamentos de largo plazo crecientemente alcistas. La firma anticipa que el déficit entre oferta y demanda se profundizará en los próximos años si la producción minera global continúa rezagada frente a la expansión del parque nuclear.

A este contexto se suma el respaldo político e institucional. Los inversores destacaron los planes de ampliación de capacidad nuclear en América del Norte, Europa, Medio Oriente y Asia, junto con incentivos en Estados Unidos y Canadá, la incorporación de la energía nuclear en los marcos de finanzas sostenibles de Europa y los programas estatales de expansión en países como China, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos.

En conjunto, el crecimiento de la inteligencia artificial, la tensión estructural en la oferta de uranio y el mayor respaldo político están redefiniendo la percepción de este mineral estratégico, que deja de estar atado exclusivamente al ciclo de construcción de reactores para consolidarse como un insumo clave de la seguridad energética y de la infraestructura crítica global.

Si querés, en el próximo mensaje puedo adaptar esta nota al foco minero argentino, vincularla con el potencial uranífero de San Juan o hacer una versión corta optimizada para redes sociales.