Un proveedor iglesiano denuncia presiones y retención de pagos por parte de Veladero

Hernán Varela, dueño de la empresa Visma de Iglesia, acusa a la minera Veladero de presionarlo para quitarle un contrato que obtuvo después de 15 años de lucha. Afirma que le retienen pagos, lo ahogan financieramente y buscan responsabilizarlo con excusas “fabricadas”, mientras él sostiene millonarias deudas asumidas para cumplir con las exigencias operativas de la compañía, "nos quieren quebrar".

El reclamo de Hernán Varela rompe el silencio que muchos proveedores locales prefieren evitar por miedo a represalias. El propietario de Visma, una empresa iglesiana que logró ingresar como contratista de Veladero tras una década y media de insistencia, afirma que hoy la minera está a punto de expulsarlo del sistema con maniobras que, según dice, buscan “reventarlo” económicamente.

Varela consiguió el contrato hace poco más de un año, un logro que le costó tiempo, gestiones y deudas. Para cumplir con los estándares que la minera exige, tuvo que endeudarse fuertemente, “Compré camiones, máquinas, camionetas… todo financiado a 48 meses. ¿Cómo no voy a deberle al banco, si invertí para dar un servicio mejor que el que pedían?”, relata con bronca.

Pero esa apuesta hoy se convirtió en una trampa. Según denuncia, Veladero pretende revocarle el contrato la próxima semana, al mismo tiempo que retiene pagos indispensables para sostener salarios y obligaciones bancarias. “Me están ahogando. No me pagan, inventan culpas que no existen y esperan que yo caiga para justificar sacarme”, sostiene.

Varela asegura que detrás de esta decisión hay intereses ajenos al departamento y un desprecio evidente hacia los proveedores locales, “Es claro que hay poderes de la ciudad que no quieren que crezca un indio de Iglesia, y mucho menos uno de Jáchal. No quieren que un empresario de acá demuestre que puede cumplir tan bien o mejor que las empresas amigas.”

A la falta de pago se suma, según su relato, una promesa incumplida, el adelanto financiero que le garantizaron para poner en marcha la operación nunca llegó. “Ellos me mintieron. Yo puse la cara, puse la maquinaria, puse todo. Y ahora me quieren dejar tirado con deudas impagables y la gente sin cobrar.”

La lista de inversiones es larga y pesada, un lubricador, dos regadores, un volcador, un compactador, cinco camionetas, una barredora, y otros equipos necesarios para operar en alta montaña. Todo eso, hoy, está comprometido con financiamiento que depende directamente del contrato en riesgo.

Pese al panorama crítico, Varela afirma que tiene un inversor dispuesto a respaldarlo para normalizar su situación financiera sin que la minera tenga que aportar un solo peso, “Lo único que pido es que me dejen terminar el contrato y extenderlo. Operativamente somos de las mejores empresas. El trabajo lo hacemos muy, muy, muy bien, pero eso no les importa.”

La denuncia vuelve a poner el foco en la histórica desigualdad entre los grandes operadores mineros y los proveedores locales, que compiten en condiciones muchas veces desiguales y vulnerables frente a decisiones unilaterales que pueden desaparecer años de trabajo en un instante.

Hasta el momento, Veladero no emitió ninguna respuesta oficial. Mientras tanto, Varela intenta sostener a su personal y evitar que su empresa, nacida y consolidada en la cordillera iglesiana, sea víctima de lo que él describe como un atropello empresarial. "En definitiva la gente de contratos hacen lo que quieren y no lo que realmente deben hacer de manera correcta", concluyó Varela.