Con Los Azules, Argentina se prepara para exportar cobre puro y posicionarse entre los gigantes mineros del mundo
- Diario Libre

- 7 ago
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El proyecto de McEwen Copper en San Juan podría marcar un antes y un después en la minería argentina. Con inversiones por más de 2.600 millones de dólares y el respaldo del RIGI, se espera que comience a producir desde 2030 y permita exportar cátodos de cobre por más de 1.800 millones de dólares al año.

Argentina se encuentra cada vez más cerca de dejar de importar y comenzar a exportar cátodos de cobre —el metal en su forma más pura— gracias al avance del proyecto Los Azules, desarrollado por la empresa canadiense McEwen Copper en la provincia de San Juan.
Ubicado en plena cordillera de los Andes, a 80 kilómetros de Calingasta y a solo 6 de la frontera con Chile, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, Los Azules ya está considerado como uno de los 10 proyectos de cobre con mayores recursos del mundo. La minera presentó el proyecto ante el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y espera la aprobación definitiva para avanzar con la construcción y operación.
Recientemente, McEwen Copper unificó dos etapas de presentación al RIGI en una sola inversión total de 2.672 millones de dólares, que contempla desde estudios de factibilidad hasta la puesta en marcha del yacimiento. El vicepresidente de la firma y gerente general del proyecto, Michael Meding, confirmó que la producción podría comenzar en 2030, marcando un hito histórico para el país.
Según la Evaluación Económica Preliminar (EEP) finalizada en 2023, Los Azules tendría una vida útil de 27 años, aunque con estudios adicionales podría extenderse hasta 40 años. Se proyecta una producción inicial de hasta 192.000 toneladas de cátodos de cobre por año, para estabilizarse luego en unas 150.000 toneladas anuales. Esta capacidad permitiría cubrir la demanda local —que hoy depende de importaciones por unas 20.000 toneladas al año— y volcar el excedente a mercados internacionales, con ventas estimadas en US$ 1.800 millones anuales.
Una de las características diferenciales del proyecto es que, a diferencia de otros yacimientos que solo exportan concentrado de cobre para ser procesado en el exterior, Los Azules producirá cobre de alta pureza directamente industrializable en Argentina. Esto abre la puerta a cadenas de valor locales, particularmente en sectores como la electrónica, la energía y la industria automotriz, todos demandantes de este mineral clave para la transición energética global.
La importancia de este proyecto se enmarca también en un contexto de fuerte crecimiento de la demanda mundial de cobre, que en 2023 alcanzó los 27,5 millones de toneladas y podría duplicarse hacia 2050. Según Meding, no se abrirán suficientes minas en el mundo para cubrir esa demanda, lo que podría generar un alza sostenida de precios y reforzar la rentabilidad del emprendimiento.
En paralelo a Los Azules, San Juan también espera el avance del proyecto Vicuña de la empresa Vicuña Corp., que podría representar una inversión extranjera récord de más de 15.000 millones de dólares. Ambos proyectos consolidan a la provincia como epicentro estratégico de la minería del cobre en Sudamérica.
Meding remarcó que el RIGI aporta condiciones claves para atraer financiamiento internacional, al ofrecer seguridad jurídica, estabilidad fiscal y un marco competitivo frente a países mineros como Perú o Chile. “Sin confianza no hay inversión a largo plazo”, sostuvo el ejecutivo.
La decisión final de inversión (FID) por parte del directorio de McEwen Copper podría conocerse a fines del año próximo, una vez finalizado el estudio de factibilidad. Mientras tanto, la empresa ya ha invertido 453 millones de dólares en el desarrollo del proyecto en San Juan.
Los principales accionistas del emprendimiento son McEwen (46,4%), la automotriz Stellantis (18,3%), la empresa australiana Nuton – Rio Tinto (17,2%) y Rob McEwen (12,7%). El desafío ahora es construir no sólo una mina, sino también infraestructura clave como caminos y líneas eléctricas, algo que las empresas mineras afirman que no pueden asumir por completo sin apoyo del Estado.
El cobre, declarado crítico para el futuro energético del planeta, podría convertirse en una nueva oportunidad estratégica para Argentina, que no sólo dejaría de depender de la importación, sino que podría emerger como un proveedor clave para un mundo en transición.
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