"¿Morderían la mano que les da de comer?": la madre de Lucía Rubiño estalló tras el sobreseimiento de uno de los acusados
- Diario Libre
- hace 2 días
- 2 Min. de lectura
Indignación, dolor y un fuerte reclamo de justicia. Así se vivió este martes en Tribunales luego de que la Justicia sanjuanina decidiera sobreseer a Juan Pablo Echegaray, uno de los acusados en la causa por la muerte de Lucía Rubiño. La madre de la joven, Belén Montilla, no se quedó en silencio: con la voz quebrada, pero la mirada firme, lanzó un mensaje directo al corazón del sistema judicial.

"¿Morderían la mano que les da de comer? Yo no lo haría. Nadie lo haría", dijo con crudeza, apuntando sin rodeos al entramado de poder que, según ella, protege a ciertos apellidos.
Montilla criticó duramente el fallo del juez Javier Figuerola, que desvinculó a Echegaray, hijo de un juez federal, en uno de los casos más sensibles de los últimos tiempos en San Juan. “Hoy estoy acá por Lucía, por mis hijas, por todos los jóvenes que se animaron a declarar. Se están riendo de 15 testigos. Se están riendo de la juventud”, expresó, visiblemente conmocionada.
"Esta es una justicia descarada, obsoleta, vieja y decadente", disparó.
Con el corazón en la mano, también recordó el vacío que dejó su hija. “Lucía no está en su pieza. No está en ningún lado. Desde el primer día supe cuál sería el resultado. Pero igual vine, igual luchamos”.
Montilla apuntó a un sistema judicial que, según sus palabras, agota deliberadamente a las familias que exigen justicia. “Nos desgastan, nos quitan la poca energía que tenemos. Lo poco que nos queda lo usamos acá, en esta pantomima”, sentenció.
También cuestionó el valor desigual que se les da a los testimonios dentro de la causa, en referencia al joven Manzur, cuya declaración fue determinante para la defensa. “¿Qué pasa si mañana dice que le atravesó la camioneta? ¿Empezamos de nuevo?”, ironizó.
En un momento de crudo sarcasmo, propuso: “Bajen la edad de imputabilidad, así solo tenemos un juicio y dejamos de gastar energía. La poca vida que nos dejaron, la terminamos regalando en este circo”.
Su última frase fue tan potente como el resto: “No hay duda de que pesan los apellidos. ¿Ustedes morderían la mano que les da de comer? Yo no lo dudo”.
La declaración de Belén Montilla resonó como un grito de hartazgo ante un sistema que, para muchas familias, sigue sin responder.
Fuente: Diario El Zonda
Comments