Nina Pastas la alianza de tradición familiar y calidad a más de 4.000 metros junto a Aramark

La empresa artesanal Nina Pastas, nacida de las recetas de abuela de Celeste y Rocío Pérez, crece de la mano de Aramark, gracias a su acompañamiento técnico y pruebas de altura, hoy sus pastas caseras llegan con éxito al sector minero.

18 de Julio 2025

Hay sabores que atraviesan generaciones y empresas que se construyen al calor del hogar. Así nació Nina Pastas, una aventura que Celeste y Rocío Pérez impulsaron en 2020 desde su cocina familiar, inspiradas en las pastas caseras que cada domingo unían a su madre y a su abuela alrededor de la mesa.

Con una pequeña máquina y los pedidos rodando de boca en boca, la producción casera de ravioles, sorrentinos, fideos y ñoquis se convirtió en una pasión compartida. “Queríamos crecer y profesionalizarnos”, recuerdan las hermanas. El primer gran empujón llegó gracias a Veladero, que facilitó la adquisición de la maquinaria necesaria para montar su fábrica. Poco después, otra minera aportó el respaldo técnico y económico para habilitar el local comercial y convertir aquella meta en realidad.

Sin embargo, el verdadero salto de calidad se dio al vincularse con Aramark. Gracias a la recomendación de una persona cercana a ellas que trabaja en deposito de Aramark, las Pérez enviaron sus primeras muestras a personal de calldad de Aramark y al equipo de compras de Aramark. “Desde el primer momento, Rafael nos brindó guía y acompañamiento constante”, destacan.

El desafío no tardó en llegar, “Llevamos un tiempo largo de idas y vueltas para que nuestro producto estuviera listo para el mercado minero. Debíamos adaptar las pastas a las condiciones extremas de más de 4.000 metros sobre el nivel del mar”, explican. Allí intervinieron el equipo de Calidad de Aramark y los jefes de cocina de la compañía, quienes realizaron rigurosas pruebas de cocción y conservación hasta asegurar sabores y texturas óptimas.

Hoy Nina Pastas es proveedoras oficiales de Aramark, entregando fideos, ravioles y sorrentinos en volúmenes crecientes. “Su apoyo nos permitió no solo cumplir requisitos edilicios y sanitarios, sino también proyectar nuestro crecimiento y generar empleo local”, afirman Celeste y Rocío.

La línea de productos incluye pastas frescas y congeladas, crudas o precocidas, con rellenos tradicionales y sofisticados. Pero el espíritu innovador de Nina no se detiene, constantemente desarrollan nuevas variedades para sorprender paladares y consolidar su sello propio.

El camino fue arduo y lleno de aprendizajes, pero también de solidaridad y voluntad. La alianza con Aramark, forjada en la confianza y la excelencia, es hoy la columna vertebral que impulsa a Nina Pastas hacia un futuro prometedor y mientras el aroma de la masa recién hecha inunda la fábrica, las hermanas Pérez saben que lo mejor aún está por venir, un nuevo plato, un nuevo desafío, un nuevo domingo para compartir.