Un intercambio escolar que unió escuelas y corazones en Cuesta del Viento
- Diario Libre

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Alumnos del Colegio San Vicente de Paúl, de Rawson, visitaron el departamento Iglesia para compartir una jornada de amistad, naturaleza y aprendizaje junto a estudiantes de las escuelas Vélez Sarsfield de Colola, Juan José de Vértiz de Bella Vista, Manuel Alberti de Zonda y Presidente Mitre de Llano Alegre. Una experiencia que quedará grabada en la memoria de todos.

El murmullo del viento en Cuesta del Viento fue el marco perfecto para una jornada llena de emociones, sonrisas y aprendizajes compartidos. Allí, en el parador náutico “Todo Viento”, se concretó un encuentro muy esperado, la visita de los alumnos del Colegio San Vicente de Paúl, de Rawson, al departamento Iglesia, donde los esperaban con los brazos abiertos sus pares de la Escuela Vélez Sarsfield de Colola, la Escuela Juan José de Vértiz de Bella Vista, la Escuela Manuel Alberti de Zonda y la Escuela Presidente Mitre de Llano Alegre.
La actividad, enmarcada dentro de un proyecto de intercambio escolar que nació hace dos años, tuvo como objetivo principal fomentar la integración entre estudiantes de distintos departamentos de San Juan, fortalecer los lazos de amistad y promover valores como la empatía, el respeto y la curiosidad por conocer nuevas realidades.

La maestra María Lilia Romanzo, docente de quinto grado del Colegio San Vicente de Paúl, fue una de las impulsoras de esta experiencia. “Es una vivencia muy linda, porque tenemos contacto con otras escuelas del centro y del interior, y eso nos enriquece a todos. Es un intercambio de experiencias, de costumbres, de paisajes y, sobre todo, de valores. Este lugar tiene una belleza impresionante, el viento, el agua, las montañas… y el deporte que se practica acá. Seguramente, esto les va a quedar grabado en el corazón”, expresó con emoción.
El proyecto comenzó de una manera sencilla pero profunda, a través de cartas. Cada alumno tenía un amigo o “hermano por correspondencia” con quien compartía sus pensamientos, historias y sueños. “Empezamos con un intercambio epistolar, explicó Romanzo. Fueron 26 cartas por lado, escritas a mano, con dibujos, con palabras sinceras. Fue muy bonito porque revivimos el género de la carta, que estaba casi olvidado. Ellos pudieron conocerse primero a través de la escritura, y hoy ese lazo se transformó en un abrazo real.”

El encuentro en Cuesta del Viento no fue solo educativo, sino también deportivo. Los instructores de la Asociación Deportiva Todo Viento, Fernando Montañez, Alejandro “Tofa” Montaño, Mariano Rojas, Matías Aguilera y Rocío Rojas, brindaron demostraciones de windsurf y windfoil, dos disciplinas que combinan destreza, equilibrio y pasión por el viento.
El windfoil, en particular, cautivó la atención de los chicos, se trata de una modalidad que utiliza una aleta o “foil” bajo la tabla, permitiendo que esta se eleve sobre la superficie del agua y se deslice sin rozar, casi como si volara. “Fue mágico ver cómo se levantaban sobre el agua, comentó una de las maestras presentes. Los chicos miraban fascinados, muchos por primera vez, ese espectáculo que une la fuerza del viento con el espíritu deportivo.”
Además de disfrutar de las demostraciones, los alumnos participaron en juegos, charlas y actividades recreativas que promovieron la unión y el trabajo en equipo. El parador Todo Viento se convirtió en un espacio de alegría, con risas que se mezclaban con el sonido del viento y el agua, mientras los niños intercambiaban historias y compartían meriendas.
“Esto es educación en su máxima expresión”, destacó una docente iglesiana. “Salir del aula, respirar aire puro, aprender del entorno, conocer otras realidades… eso también enseña. Los chicos no solo se llevan una lección de geografía o de deportes, sino una experiencia de vida.”
El cierre del encuentro fue tan emotivo como el inicio. Entre abrazos, promesas de volver a encontrarse y algunas lágrimas discretas, los niños de Rawson emprendieron el regreso, llevándose en sus mochilas mucho más que recuerdos, se llevaron nuevas amistades, admiración por los paisajes iglesianos y la sensación de haber sido parte de algo verdaderamente especial.
El viento de Cuesta del Viento no solo movió las velas de los deportistas, sino también los corazones de todos los que participaron. Ese mismo viento, símbolo de libertad y movimiento, fue el encargado de unir a escuelas de distintos rincones de San Juan bajo una misma idea, la educación también se construye desde el afecto, el encuentro y la experiencia compartida.
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