[FOTOS/VIDEO] Desde Catamarca llegan donaciones a Iglesia, que revelan la desidia hacia los más vulnerables
- Diario Libre

- 19 ago
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Leonardo Díaz y su equipo llevan donaciones de insumos médicos, juguetes y apoyo social a Iglesia, departamento donde décadas de olvido dejaron escuela especial, adultos mayores desamparados y centros de salud sin recursos básicos. Un recorrido que emociona y denuncia al mismo tiempo.
19 de Agosto 2025

Leonardo Díaz, referente del proyecto Lavadero Social de Catamarca, regresó a Iglesia, la tierra de sus raíces, tras 50 años de ausencia y se encontró con un panorama que lo conmovió profundamente. Nacido en San Juan, criado durante su infancia en Las Flores con sus abuelos y padres y actualmente residente en Catamarca desde hace 20 años, Díaz decidió que era momento de llevar sus años de experiencia en actos de caridad a esta provincia, donde la vulnerabilidad social se manifiesta con crudeza.
“Cuando llegué a Iglesia hace 20 días y recorrí los CIC y comedores comunitarios, me sorprendió no encontrar insumos básicos. El 80% de las ayudas están abocadas a salud, porque no había recursos para medir la glucosa, ni sillas de ruedas, ni insumos para personas diabéticas”, contó Díaz. Este dato no solo refleja la ausencia de infraestructura sanitaria adecuada, sino también la falta de atención a los sectores más desprotegidos.
En la escuela especial de estado múltiple Felipa Rojas, su equipo realizó donaciones de juguetes, marcando un hecho histórico, “Es la primera vez que alguien hace una entrega de esta índole a este establecimiento. Es increíble pensar cómo estos chicos quedan en el olvido; políticamente quizás no suman y por eso se los desplaza, y eso es muy doloroso”, señaló Díaz.

El proyecto Lavadero Social no se limita a donar ropa o juguetes. Se trata de una red organizada de particulares y voluntarios, que recibe donaciones de empresas y particulares para entregarlas directamente en los puntos más necesitados, sin intermediarios. Díaz enfatiza, "No queremos que nos digan dónde ir, vamos personalmente a cada lugar. No terciarizamos nada. Cada entrega es hecha con corazón y conocimiento del territorio donde vamos”.
En su recorrido, Díaz se encontró con familias de adultos mayores cuya infraestructura básica, como baños, no fue terminada por el Estado Municipal, y el equipo del Lavadero Social decidió hacerse cargo, “No podemos permitir que personas mayores vivan en estas condiciones. Vamos a terminar estas obras nosotros mismos”.
Uno de los temas más críticos que llamó la atención del equipo es la alta incidencia de diabetes en la comunidad. “Es como el cáncer, la muerte silenciosa. Es inentendible que no haya recursos en los CIC. Por eso, el 80% de los recursos que donamos se destinan a insumos médicos, para que nadie carezca de lo mínimo en salud. Cada mes y medio vamos a hacer entregas de insumos médicos básicos y de alto costo”, explicó Díaz. Entre ellos se incluyen medicamentos cuyo valor supera los 60 mil pesos por caja y tiras para medir glucosa que superan los 130 mil pesos, cifras que en Iglesia se incrementan significativamente. Según pudo constatar Diario Libre, estas donaciones tienen un monto de muchos millones de pesos. Quizás en medicamentos, solamente, superen los 8 millones de pesos, y eso si no nos quedamos cortos.
El Lavadero Social ya realizó entregas en el CIC de Las Flores con insumos pediátricos y planea visitas a escuelas albergue de zonas cordilleranas, comenzando por Bauchazeta, además de colaborar con Caritas en la entrega de ropa, pañales, alcohol en gel y otros elementos básicos. En el hospital Dr. Tomás Perón de Rodeo, realizaron entregas de insumos médicos de alto valor destinados a pacientes diabéticos, en coordinación con el director Daniel Carbajal.
Pese a la magnitud de estas acciones, Díaz lamenta la falta de acompañamiento del Estado, “Hasta ahora no existió ningún contacto con ningún político, ni municipal ni provincial. El único vínculo fue con el delegado municipal de Las Flores, con quien trabajaremos en la plaza frente a la escuela Presidente Mitre, arreglando la gruta de la Virgen, un espacio donado por mi abuelo Isabel Evaloy Diaz”.
El Lavadero Social, más allá de su nombre, representa una iniciativa comunitaria que combina servicios de lavandería con inclusión social, capacitación laboral y asistencia a personas en situación de vulnerabilidad. Este enfoque permite que los recursos lleguen directamente a quienes más los necesitan, sorteando la burocracia y la falta de sensibilidad política.
Díaz subraya la emergencia social en Iglesia, niños de escuelas especiales que no recibían un juguete desde hace años, adultos mayores desamparados, y pacientes con enfermedades crónicas sin acceso a medicación básica. “Políticamente no suman, por eso no los ayudan”, afirma, dejando en evidencia la desigualdad estructural que persiste en la provincia.
El próximo mes, el Lavadero Social promete un boom de entregas, con foco en salud, educación y asistencia directa a familias vulnerables. Este proyecto demuestra que, cuando la sociedad civil actúa con compromiso y organización, es posible cubrir los vacíos que el Estado deja, pero también deja en evidencia una pregunta incómoda, ¿por qué tantos años de abandono hacia los que más lo necesitan en la tierra del oro?
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