Tensiones internas y disputa de liderazgo agitan al peronismo bonaerense
- Diario Libre

- 20 nov
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El oficialismo provincial enfrenta diferencias por el presupuesto 2026, el endeudamiento y la conducción del PJ bonaerense, en medio de advertencias de Massa, movimientos de Máximo Kirchner e incertidumbre en el entorno de Kicillof.

El peronismo de la provincia de Buenos Aires atraviesa una etapa de fuerte inestabilidad política tras alternar un triunfo amplio en las elecciones locales de septiembre y una derrota frente al oficialismo libertario en las legislativas nacionales de octubre. Las tensiones internas se profundizan y ponen bajo presión la gobernabilidad y la conducción partidaria.
Mientras la Legislatura bonaerense avanza en el tratamiento del presupuesto 2026 y la ley impositiva, continúa demorado el endeudamiento solicitado por el gobernador Axel Kicillof, considerado clave para afrontar compromisos financieros del próximo año. La desconfianza entre el núcleo del gobernador y La Cámpora volvió a generar fricciones dentro del oficialismo.
En paralelo, el PJ bonaerense debe renovar autoridades, aunque el proceso fue pospuesto para febrero. La continuidad de Máximo Kirchner al frente del partido es incierta y podría ser disputada por el espacio alineado con Kicillof, que impulsa al Movimiento Derecho al Futuro (MDF). En el entorno del gobernador señalan que preferirían que la presidencia del partido quede en manos de un intendente.
La demora en el endeudamiento y la disputa por la conducción del PJ configuran un escenario complejo. En este contexto, sectores vinculados a Sergio Massa advierten que mezclar la discusión partidaria con los instrumentos de gestión podría poner en riesgo la gobernabilidad. Massa mantiene diálogo tanto con Kicillof como con Máximo Kirchner, y actúa como mediador en busca de acuerdos legislativos.
Máximo Kirchner se encuentra en una posición delicada. Tras versiones que insinuaban que su bloque legislativo actuaba como oposición interna, desde su entorno debieron desmentirlo. En la Gobernación interpretan que La Cámpora mantiene una actitud similar a la del año pasado: apoyar parcialmente el presupuesto y responsabilizar a terceros por el financiamiento que la Provincia necesita.
Otros sectores del peronismo provincial cuestionan al axelismo por lo que consideran una falta de apertura real a la negociación con los intendentes. A su vez, el sector que responde a Máximo Kirchner sostiene que el proyecto oficial reconoce la necesidad de un fondo de infraestructura municipal, pero remarcan que su destino debe ser estrictamente para obras que puedan ejecutarse con rapidez.
La discusión se centra en quién controlará los recursos derivados del endeudamiento, que volverá a tratarse en comisión en los próximos días. Mientras tanto, bloques opositores –radicales, Pro y libertarios provinciales– acumulan pedidos que van desde fondos adicionales para municipios hasta espacios en órganos clave como la Suprema Corte y el Banco Provincia.
Máximo Kirchner debe resolver también si buscará continuar como presidente del PJ bonaerense en 2026. El proceso interno podría resolverse mediante una elección o una síntesis de unidad, aunque aún no hay definiciones. La derrota en las legislativas nacionales debilitó al PJ provincial y reavivó los cuestionamientos sobre su rol como principal conducción del peronismo opositor.
El desafío del peronismo bonaerense es recomponer su cohesión interna para evitar que su propia disputa se traslade al resto de las estructuras partidarias en el país, donde se espera una reorganización más amplia frente al gobierno nacional.
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