El Gobierno minimiza la movilización de la CGT contra la reforma laboral y afirma que se trata de “un día normal”
- Diario Libre

- hace 7 días
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Pese al despliegue de un amplio operativo de seguridad y a la concentración de manifestantes en Plaza de Mayo, desde el Poder Ejecutivo relativizan el impacto político de la protesta convocada por la Confederación General del Trabajo.

El Gobierno nacional le restó relevancia a la movilización impulsada por la Confederación General del Trabajo (CGT) en rechazo al proyecto de reforma laboral promovido por el Poder Ejecutivo, al sostener que la jornada transcurre con normalidad pese a la presencia de manifestantes en Plaza de Mayo y a las restricciones dispuestas en los alrededores de la Casa Rosada.
Mientras las primeras columnas sindicales comenzaron a concentrarse en el sector habilitado de la plaza, bajo un fuerte operativo de seguridad, el presidente Javier Milei siguió de cerca el desarrollo de la protesta desde su despacho en Balcarce 50. A diferencia de otras ocasiones, el mandatario optó por permanecer en la sede gubernamental, acompañado por su equipo más cercano, luego del revés sufrido por el oficialismo durante el tratamiento del Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados.
Desde el entorno presidencial minimizaron la convocatoria y aseguraron que la protesta no altera la dinámica institucional. “Es un día normal. No nos interesa mucho la protesta”, señaló un funcionario del Ejecutivo, mientras los manifestantes desplegaban banderas y realizaban expresiones de rechazo a la iniciativa oficial de “modernización” laboral, uno de los ejes centrales de la agenda legislativa del Gobierno.
La movilización, cuyo horario formal estaba previsto para las 15, comenzó a tomar forma desde el mediodía con la llegada de gremios y organizaciones políticas, incluidos sectores de izquierda y referentes opositores. En paralelo, el Ministerio de Seguridad activó un mega operativo con más de 1.500 efectivos para custodiar la zona y garantizar el funcionamiento de la Casa Rosada.
La ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, monitoreó el desarrollo de la manifestación desde el Comando Unificado, con la consigna de evitar enfrentamientos y priorizar un esquema preventivo. Según indicaron fuentes oficiales, la instrucción impartida a las fuerzas fue permitir una protesta pacífica, manteniendo en movimiento las columnas para evitar concentraciones prolongadas que pudieran derivar en cortes totales y colapso del tránsito.
El operativo incluyó vallados en la mitad de Plaza de Mayo, controles en los accesos a la Casa Rosada y la habilitación restringida del ingreso de personal únicamente por la calle 25 de Mayo. Gendarmería Nacional tuvo a su cargo la supervisión de los puntos sensibles del perímetro.
En la previa de la protesta, la ministra de Seguridad mantuvo reuniones con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, para definir la estrategia y evaluar la composición de la movilización, a la que se sumaron sectores opositores críticos del proyecto elaborado por el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado.
Pese a la magnitud de la convocatoria, en el oficialismo destacaron que la manifestación no coincidió con una jornada de actividad legislativa, lo que, según consideraron, le resta impacto político. “Lo importante es que no sea un día de sesión”, deslizó un referente cercano al Gobierno.
En paralelo, dentro de la Casa Rosada se desarrollaron reuniones entre el jefe de Gabinete, el ministro del Interior, asesores presidenciales y referentes parlamentarios del oficialismo, en un contexto marcado por las tensiones legislativas y las dificultades del Ejecutivo para avanzar con parte de su agenda en el Congreso.
Desde el Gobierno insistieron en que la movilización no modifica el rumbo de la reforma laboral y remarcaron que el diálogo parlamentario continuará en las próximas semanas, en un escenario atravesado por la negociación política y la resistencia sindical.
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