La comunidad de Iglesia se une por la salud de Natalia Poblete, quien atraviesa un delicado cuadro de salud

La iglesiana de 38 años lucha contra una trombosis pulmonar y permanece en la capital provincial. Vecinos, amigos y familiares organizan acciones solidarias para cubrir los gastos de estadía y medicamentos.

La historia de Natalia Poblete, de 38 años, hija de Roque Poblete y Analia Espejo, emociona a todo el departamento Iglesia. Oriunda de Las Flores, transita un duro tratamiento tras haber sido diagnosticada con trombosis pulmonar e hipertensión pulmonar. La enfermedad ya había golpeado su salud años atrás, y el pasado 26 de agosto sufrió una nueva complicación que obligó a su traslado a la ciudad de San Juan.

Por recomendación médica, Natalia no puede regresar a Iglesia debido al riesgo de hipoxemia que le provocaría la presión pulmonar. Desde hace tres semanas permanece en la capital sanjuanina, donde recibe atención especializada en el Hospital Rawson. Allí comenzó un tratamiento intensivo con un equipo interdisciplinario compuesto por cardiólogos, psicólogos, nutricionistas, kinesiólogos pulmonares y cardiovasculares, además de la asistencia social que acompaña su caso.

La joven artesana deberá permanecer, al menos, tres meses bajo tratamiento antes de una nueva operación que permitirá evaluar la evolución de sus pulmones. “Por ahora todo va bien, vamos mejorando de a poco”, expresó con esperanza.

La situación económica, sin embargo, es un gran desafío. Sus padres, de escasos recursos, sostienen a la familia con la venta de artesanías, huevos y queso de cabra. En su emprendimiento familiar, “Doña Lusila”, confeccionan tejidos en telar criollo con lana de oveja, desde el hilado hasta los acabados finales. Pero los ingresos son inestables y no alcanzan para cubrir los altos costos de medicamentos y alimentación diaria.

Ante esta realidad, familiares, vecinos y amigos organizaron rifas solidarias para reunir fondos y ayudar con los gastos que demanda la estadía en San Juan. Desde la Municipalidad de Iglesia colaboraron con la gestión del hospedaje, y el área de Desarrollo Humano se encuentra en trámite para garantizar la medicación, que se trata de inyecciones semanales de difícil acceso y elevado precio.

Natalia sabe que el camino es largo y difícil, pero no está sola. El apoyo de su comunidad, que no duda en unirse en gestos de solidaridad, es hoy su sostén más grande.