Los jóvenes boxeadores iglesianos brillaron en Buenos Aires y regresan con nuevos sueños

Los jóvenes boxeadores iglesianos Ismael Rivero y Maximiliano Ruiz, del distrito Las Flores, regresaron al departamento Iglesia tras una intensa semana en la Ciudad de Buenos Aires, donde participaron de una importante velada boxística y entrenaron junto al equipo del campeón mundial Brian Castaño.

La pelea se realizó en la Sociedad de Fomento Rafael Castillo, un emblemático gimnasio bonaerense que recibió a más de 600 personas. “Estaba lleno, lleno ese día, lleno de gente”, relató el entrenador Pablo Morales, orgulloso del esfuerzo de sus alumnos. “Los chicos pelearon el sábado, dieron todo arriba del ring, y ahora siguen entrenando a full, con más ganas que nunca”, añadió.

El profesor contó que los púgiles se levantan temprano, entrenan en doble turno y mantienen una estricta rutina. “A las ocho de la mañana se levantan, a las nueve ya están en el gimnasio hasta las diez y media. Luego almuerzan, descansan, y a las cuatro vuelven a entrenar hasta las seis. Están muy comprometidos. El 12 de noviembre tenemos otra pelea en San Juan, en Estrella Junior, y los dos van a volver a subir al ring.”

Durante su estadía, entrenaron en el gimnasio de Brian Castaño, donde fueron recibidos con humildad y calidez. “Los chicos se enamoraron de este lugar; quieren venirse a probar suerte acá. Ya hablé con Carlitos Castaño, que les abre las puertas para entrenar con ellos. Es una oportunidad enorme para su carrera”, destacó Morales.

Ismael Rivero relató su experiencia con emoción:

“Acá el entrenamiento es más exigente, se nota la diferencia. Pero seguimos adelante, aprendiendo cada día. Nos trataron muy bien, nos enseñaron humildad, respeto, y disciplina. Entrenar con Brian Castaño fue increíble; nos hizo manoplear, nos corrigió, nos dio consejos. Todo eso vale oro.”

Maximiliano Ruiz, por su parte, agradeció el apoyo de quienes hicieron posible el viaje:

Si no fuera por nuestro profesor, Pablo Morales, no habríamos llegado hasta Buenos Aires. Esto es un sueño que estamos cumpliendo.”

Los jóvenes boxeadores regresan a Iglesia con el corazón lleno de aprendizaje y el deseo de seguir creciendo en el deporte que aman.

“Todo suma, ganar, perder o empatar. Lo importante es seguir aprendiendo y nunca bajar los brazos”, concluyó Rivero, con la humildad de quien sabe que los grandes triunfos comienzan en el sacrificio diario.