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(Editorial) Los pasajeros del Olvido

  • Foto del escritor: Diario Libre
    Diario Libre
  • 30 sept
  • 4 Min. de lectura

Los iglesianos volvemos a quedar relegados. La historia se repite como un eco insoportable, primero fue la luz, después el agua, más tarde el gas natural, la falta de mano de obra calificada en minería… y ahora, el transporte. Un derecho básico, un servicio elemental que debería garantizar conectividad, dignidad y seguridad, hoy se ha transformado en una verdadera odisea para quienes viven al pie de la cordillera.

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Los colectivos de Valle del Sol y Mitre Bus, que son prácticamente la opción más elegida para llegar a la capital sanjuanina, se han convertido en una burla. Viajar en esas unidades es someterse a un suplicio, asientos rotos, ventanillas de aire acondicionado selladas con bolsas, calefacción que no funciona, parabrisas rajados y a veces el sistemas de aire acondicionado inutilizables. En invierno, el pasajero se congela; en verano, se sofoca. ¿Dónde queda la seguridad? ¿Dónde queda el respeto por el usuario que paga un boleto cada vez más caro?


Y si el estado de las unidades es vergonzoso, la falta de frecuencia es aún peor. En Iglesia, apenas un colectivo parte hacia San Juan, a las 4 de la madrugada. A esa hora, en pleno invierno, el vecino debe exponerse al frío sin tener una terminal ni un refugio digno para esperar. ¿Acaso la dirigencia política cree que somos ciudadanos de segunda? ¿Es esta la forma de integrar al interior profundo como el departamento Iglesia?.


Antes de la llegada de la tan promocionada Red Tulum, Iglesia tenía un poco más de respiro, al menos lunes, miércoles y viernes, existía la opción de viajar a las 14 horas. Hoy, esa posibilidad desapareció. La Red Tulum, que según el Ex Gobernador Sergio Uñac iba a “beneficiar a todos los sanjuaninos”, terminó castigando brutalmente a los iglesianos. Otra promesa vacía, otra política que solo sirvió para maquillar un fracaso. Pero el Gobierno de Orrego, tampoco hizo mucho para generar mayor frecuencia de colectivos a los Iglesianos. Claramente la provincia, siempre se ríe o desprecia a la comunidad de la tierra que les da de comer a todos los Sanjuaninos.


Pero no todo termina ahí. Otro de los servicios que presta en la zona es la empresa Vallecito, que conecta Iglesia con Jáchal, y gracias a Dios existe ese colectivo de las 14 horas que parte desde el cementerio de Rodeo, sí, el cementerio funciona como terminal improvisada. El contraste es evidente, las unidades de Vallecito están un millón de veces mejor que las de Valle del Sol o Mitre Bus. El problema, sin embargo, es otro, no tienen horarios fijos, y muchas veces los choferes deciden salir antes o cuando quieren. Otra vez, el descontrol, la falta de regulación y la ausencia de una terminal adecuada hacen que todo dependa de la buena voluntad del conductor.

La tan anunciada “terminal de Rodeo” se convirtió en una promesa eterna. Una obra que se posterga tanto que, cuando finalmente la hagan, deberían bautizarla “Terminal El Milagro”, porque realmente será un milagro que alguna vez exista. Mientras tanto, los pasajeros siguen esperando en veredas, bajo el sol, bajo la helada, a la deriva.


La dirigencia provincial habla de equidad territorial, de desarrollo federal, de integración. Pero la realidad es que los discursos se desmoronan en el primer asiento roto de Valle del Sol. Se caen cuando un vecino debe salir de madrugada al frío sin abrigo ni resguardo. Se derrumban cuando un estudiante, un trabajador o un enfermo no puede viajar porque simplemente no hay colectivos o ya no hay más pasajes.


Es hora de decirlo con todas las letras, a Iglesia la siguen usando como caja política y postal turística, pero a la hora de los hechos, nos condenan al olvido. Los funcionarios se sacan fotos con cascos mineros, sonríen en las fiestas patronales y prometen obras que nunca llegan, pero son incapaces de garantizar un servicio de transporte decente. En definitiva, los políticos se rien en la cara de los Iglesianos.


Basta de indiferencia. Los iglesianos no pedimos lujos ni privilegios, pedimos respeto, pedimos igualdad, pedimos lo mínimo que corresponde a cualquier ciudadano. No queremos más anuncios de cartón pintado, queremos hechos concretos. Queremos un transporte seguro, frecuente y digno.


El gobierno provincial debe ponerse de una vez por todas la mano en el corazón y mirar hacia acá, porque Iglesia también es San Juan y no deben olvidar que Iglesia es el mayor sustento Económico de la provincia, aunque muchos en la capital prefieran olvidarlo, por qué San Juan sin Iglesia, sin la aprobación de los Iglesianos no tendría minería por ende, sus fondos solo saldrían de los pocos viñedos que le quedan. Y si la política sigue dándonos la espalda, entonces quedará claro que en su visión de provincia, los iglesianos no existimos, pero que no se confíen, por que los Iglesianos nos estamos cansando y estamos despertando, y cuando despertemos todos de la manera más eufórica, sus promesas tendrán un plazo de 10 días para cumplirlas. NO SE OLVIDEN NI SE BURLEN DE LOS IGLESIANOS, POR QUE EL TIRO LES PUEDE SALIR POR LA CULATA.

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