Herminia Tello llevará la bandera de los emprendedores iglesianos en la Fiesta Nacional del Sol

La emoción invadió a Herminia Tello al recibir la noticia de que había sido elegida para representar a los emprendedores de Iglesia en la Fiesta Nacional del Sol. Entre lágrimas de alegría y la certeza de una enorme responsabilidad, la emprendedora reconoció que este logro no es solo personal, sino colectivo. “Fue una emoción enorme y una responsabilidad muy grande. Sentí orgullo de representar a mi pueblo, a nuestra gente trabajadora y a todos los que, como yo, luchan día a día para que Iglesia tenga un lugar más fuerte en la provincia”, expresó con la voz cargada de emoción.

Su proyecto, “Lavandería Iglesia – IWS Mining”, no nació de la nada, es el fruto de más de cinco años de esfuerzo sostenido, de sacrificios familiares y de la firme convicción de que los servicios también son una pieza clave en el desarrollo local. Herminia recuerda los inicios con humildad, “Comenzamos con mucho esfuerzo familiar, cubriendo las necesidades de vecinos y turistas, siempre soñando con acompañar los proyectos mineros con calidad y compromiso. Desde el primer día supimos que nuestra meta era demostrar que en Iglesia hay capacidad, talento y seriedad”.

El camino, sin embargo, no fue sencillo. Herminia tuvo que abrirse paso en un rubro poco visibilizado, luchando contra las dificultades económicas que atraviesa el país y enfrentando la competencia de empresas externas que muchas veces acaparan los espacios. “El mayor desafío fue sostenernos en medio de la incertidumbre, sin perder de vista que el emprendedor local también merece reconocimiento. Esa lucha constante nos fortaleció, nos enseñó a no rendirnos”, cuenta con firmeza.

Nada de esto habría sido posible sin el acompañamiento de quienes más cree en ella: su familia y la comunidad iglesiana. “Mi familia ha estado en cada paso, compartiendo sacrificios y también alegrías. Y la comunidad nos apoyó desde el principio, dándonos su confianza y sosteniendo nuestro crecimiento con cada pedido. No somos un emprendimiento aislado, somos el reflejo de un pueblo que apuesta por lo suyo”, asegura con orgullo.

De cara a la Fiesta Nacional del Sol, Herminia se prepara con el corazón en la mano, sabiendo que no solo mostrará un emprendimiento, sino también la identidad de todo un departamento. “Queremos mostrar que Iglesia tiene talento y servicios de calidad, que detrás de cada servicio hay valores, esfuerzo y una identidad que nos distingue. No vamos como simples participantes: vamos como representantes de un pueblo que se merece un lugar en la mesa del desarrollo provincial”, remarcó.

Las expectativas son grandes y el sueño de crecer está más vivo que nunca. Herminia confía en que esta oportunidad abrirá puertas para llegar a nuevas empresas y proyectos, pero también espera que su experiencia sirva como faro para otros emprendedores iglesianos. “Deseo que esta participación inspire a muchos más a creer en sus ideas y a luchar por ellas, porque sí se puede. Nuestro trabajo tiene valor y merece ser visto en todo el país”, destacó.

El honor de representar a Iglesia no se le escapa de las manos ni del corazón. “Es llevar la voz de una comunidad trabajadora, de un pueblo que siempre ha dado lo mejor de sí y que merece ser reconocido y respetado. Representar a Iglesia es representar nuestra historia, nuestra identidad y nuestro futuro”, afirmó con emoción.

Al hablar de quienes recién comienzan el camino del emprendedurismo, Herminia deja un mensaje cargado de esperanza: “Que no bajen los brazos. Que cada paso, aunque parezca pequeño, es un avance. Que la perseverancia, sumada a la pasión y la fe en uno mismo, siempre termina abriendo caminos. Yo soy prueba de ello”.

Finalmente, compartió sus sueños de futuro, que no son solo personales, sino colectivos. “Mi sueño es consolidar a Lavandería Iglesia como proveedor minero de referencia, crecer de la mano de los proyectos que llegan al departamento y, sobre todo, generar empleo digno y sostenible para más familias iglesianas. Quiero que nuestra historia sirva de ejemplo y que quede claro, Iglesia sí puede ser protagonista del desarrollo”.