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Iglesia Despierta. ¿El tiempo de las promesas se está terminando para Jorge Espejo?

  • Foto del escritor: Diario Libre
    Diario Libre
  • 25 sept
  • 5 Min. de lectura

Lo que ocurrió este miércoles en el Polideportivo de Rodeo no es un hecho aislado. Es el síntoma más visible de un desgaste profundo en la relación entre el intendente Jorge Espejo y los vecinos de Iglesia. Una relación que, durante años, se sostuvo en base a promesas, silencios cómplices y la vieja receta de entretener al pueblo con fiestas y espectáculos. Pero esa fórmula parece agotada.



25 de septiembre de 2025

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La jornada estaba prevista para las nueve de la mañana. A esa hora, los vecinos ya estaban listos, organizados, cargados de bronca y con argumentos concretos. El Intendente, en cambio, apareció recién pasadas las diez y media, acompañado por funcionarios y concejales que llegaron como si fueran invitados de protocolo a un acto menor. Ese retraso, lejos de ser un simple detalle, marcó el tono de la reunión, un pueblo que se siente subestimado, tomado por ingenuo, frente a un gobierno que se muestra distante, casi sobrador.


“Usted nos toma el pelo, señor Intendente, quedamos que esta reunión comenzaba a las 9 de la mañana y son las 10;y media”, le gritó una vecina. Esa frase sintetiza lo que sienten hoy muchos iglesianos. Porque el reclamo no es solo por las boletas de luz, ni por un cargo municipal injusto, es por años de desatención, por gestiones tibias, por la sensación de que la política local gobierna para un puñado y no para la comunidad entera.


El Director del EPRE, Roberto Ferrero, fue prácticamente empujado a dar la cara. Se transformó en blanco de críticas, como si con tecnicismos pudiera justificar la injusticia de que Iglesia, departamento productor de energía, con dique y plantas solares, pague una de las tarifas más caras de la provincia. La imagen fue clara, funcionarios dando vueltas, vecinos exigiendo definiciones, y el Intendente observando cómo el enojo crecía, casi sin saber cómo frenarlo.


Vicepresidente del EPRE
Vicepresidente del EPRE

Espejo intentó escudarse en una frase repetida, "estamos trabajando en muchos proyectos y vamos a hacerlos a todos", pero la gente le refrego en la cara "solo te quedan dos años y ya tenés seis adentro y no han echo nada". Pero la pregunta que debe hacerse la comunidad es ¿ El Intendente está solo, o nunca quiso abrir el juego a su propio equipo?. Lo cierto es que los concejales, del oficialismo y de la oposición, tampoco estuvieron a la altura. Ausentes, en silencio o apareciendo de manera anecdótica, dejaron la sensación de un Concejo que solo existe para cobrar dietas y levantar la mano cuando el Ejecutivo lo ordena.


La aparición de un concejal desconocido para la mayoría, como Pinto, rozó lo grotesco. Un edil que llegó de la mano de Mauro Marinero y que recién ahora, tras meses de silencio, apareció con aires de soberbia frente a los vecinos. ¿Ese es el rol de un representante del pueblo? ¿Salir de las sombras para decir que el Concejo está abierto cuando en realidad nunca reciben a nadie?, de paso enojado por las críticas dirigidas a el, un bochorno.


Concejal Pinto
Concejal Pinto


Quizás lo más preocupante no vino de la gestión, sino del propio pueblo iglesiano. Rodeo y Las Flores se pusieron de pie, sí. Pero Tudcum apenas aportó dos vecinos, Angualasto no estuvo, Villa Iglesia tampoco. ¿Qué significa esa ausencia? ¿Miedo a represalias? ¿Indiferencia? ¿Conformismo con pequeñas migajas como domas o festivales?


Si es así, el mensaje es peligroso, porque mientras algunos se animan a reclamar, otros eligen callar y esperar que “los del norte” hagan el trabajo sucio. Pero la energía, los impuestos y las decisiones municipales afectan a todos por igual. La falta de unidad juega, claramente, a favor de un Intendente debilitado que, con cada promesa, gana tiempo y divide a la sociedad.


Uno de los momentos más tensos fue cuando los vecinos exigieron la eliminación inmediata del Cargo Único Municipal (CUM) de la boleta de energía eléctrica. Espejo no tuvo otra opción que comprometerse. Pero, ¿es creíble su palabra? ¿Cómo se financiará el alumbrado público? Los concejales se tomaban la cabeza porque saben que detrás de esa quita hay un agujero económico que alguien tendrá que tapar.


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Entonces surge la sospecha, ¿el compromiso fue real o simplemente un gesto desesperado para calmar a la multitud? El tiempo lo dirá. Pero si el Intendente incumple, la confianza, ya resquebrajada, terminará de romperse.


En medio de la tensión, Espejo jugó otra carta, anunciar la construcción de una planta de paneles solares financiada con fondos mineros. Sonó bonito, sonó moderno, sonó verde. Pero el detalle no menor es que pretende instalarla en el Parque Industrial de Iglesia, un predio que ni siquiera cuenta con agua y que no registra avances desde hace años.


¿Una promesa montada sobre otra promesa incumplida? Eso fue lo que percibió la mayoría. Una huida hacia adelante, más basada en la improvisación que en una planificación seria. Detalle no menor, el intendente sostuvo que la obra cuminaria en dos años más, justo cuando se termina su mandato, mientras tanto el pueblo con hambre, en definitiva pan y circo.


Seis años de gestión pesan, y hoy Jorge Espejo enfrenta quizás el peor momento político de su carrera. Vecinos que lo votaron hoy le reprochan haberlos traicionado. Contratados con 25 años de antigüedad, que cobran salarios de miseria, le recuerdan que prometió mejoras que nunca llegaron. Los pocos apoyos que le quedan provienen de contratos precarios de 150 o 250 mil pesos, que más que lealtad reflejan dependencia. ¿Y la pantalla que prometió que iba a mostrar las entradas y salidas de todos los fondos de la municipalidad?


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El intendente se mostró acorralado, casi asumiendo cada crítica sin tener cómo responder. Y eso, en política, es una señal clara de debilidad.


El próximo miércoles 1 de octubre habrá una nueva reunión en el Polideportivo, esta vez con representantes de Veladero, Vicuña y empresas de energías renovables. Será la oportunidad para que Iglesia demuestre si realmente despertó o si todo quedará en un chispazo pasajero.


Pero la clave no está solo en la presencia de empresas o funcionarios. Está en la unidad del pueblo. Porque si Tudcum, Angualasto y Villa Iglesia siguen ausentes, el Intendente respirará aliviado y volverá a gobernar con la vieja receta, prometer hoy, entretener mañana, y esperar que el tiempo borre los reclamos.


La pregunta, entonces, no es si Espejo cumplirá, porque los antecedentes muestran lo contrario.. La pregunta es si el pueblo iglesiano, de una vez por todas, se unirá para exigir que su Intendente gobierne para todos y no para unos pocos.


Intendente Dr. Jorge Espejo
Intendente Dr. Jorge Espejo


Porque los tiempos cambiaron. Porque las fiestas, las domas y peñas ya no alcanzan. Porque las boletas de luz, los impuestos y la precariedad laboral no se pagan con domas ni con Dale Que Va, ni con Canto 4 . Y porque Iglesia, después de tanto silencio, parece haber despertado.


La incógnita es clara, ¿será capaz Jorge Espejo de estar a la altura de ese despertar?, ¿Tudcum, Villa Iglesia y Angualasto, seguirán sumisos ante el miedo y felices por los festivales de Doma y Folclore?.

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